jueves, 17 de septiembre de 2009

El Dios de los mares y el irreverente



Felón y embustero, de los siete mares al capricornio,
Longitud de estelar, mirada de proclamar,
Es qué territorios has de conquistar,
Y personas has de controlar.

El gesto de tu ser lo dice todo, y yo, testigo de los mares,
Pues soy el neptuno de los cánceres, te observo con maldad,
Deseando, algún día, que renuncies a tu autoridad.

Los reproches no sirven a tu intelecto.
Eres el maestro de la elocuencia,
Un Dios para las criaturas,
Un centro para las periferias,
Atraes cargas que se juran positivas,
Y yo, bajo los mares, me siento negativo.

La voz de tus engendros bucales son potestades,
Algún día serás destituido, yo lo sé,
He visto ese momento, para mí el mejor de todos.

Ah... y ahí te veo cayendo!
Lo he logrado, mis peticiones funcionaron,
Qué más quiero en esta vida,
Que verte llorando sobre el regazo de tu madre,
Lamentando el día en que apareciste,
Sin persona que te diera de su carne.

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