jueves, 17 de septiembre de 2009

El portal de los gemelos

Ese niño amarillo mira a lo alto,
Y en el dintel de la puerta se sienta su hermano,
Aquel pensador de mirada atenta,
Pacientes ambos esperan que se abra el camino.

Es el niño amarillo, el bello observador,
En el frío lugar donde los pies merecen estar,
Es el niño pensador, el auténtico meditador,
En el filamento por cual la compuerta ha de girar.

Amarillo placer, sentidos del sol,
Que abstrajiste con su calor,
Niño observador, deja de ser inferior.

Pensamiento danés, lejanía de plutón,
Que creaste con tu posición,
Niño pensador, deja de ser superior.

En ese momento, la puerta se abre...

Y qué loco pasar! qué alegre sorpresa!
Soy yo, bellos hijos, su único padre!

Vamos, Pasen!, gemelos afables,
Su tiempo de espera ha terminado!

Ya no se verán más tan distantes!

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