martes, 6 de octubre de 2009

La comunidad Marx

Circa el siglo VI a.C., Brihaspati, un filósofo hindú, fundó una ideología radical: La Charvaka; movimiento cien sobre cien amoral, atea y materialista. Según este movimiento, no existía espacio intangible (Cielo) o ser metafísico (Dios) cuyos conceptos radicaran en el destino y origen del ser humano; éste es solo la razón a cuestión de cientos de procesos evolutivos, que, concatenados entre sí, transforman la realidad como la vemos. En otras palabras, el hombre nace libre, no oprimido bajo el poder de Dios, no es un “camello” –como lo dijo Fiedrich Nieztche- que carga en su espalda la moral y el valor de una doctrina absoluta. Fue por eso que muchas personas, entre hinduistas y aficionados, al darse cuenta de que esta filosofía era “la verdad absoluta” empezaron a asesinar y a robar libremente. Aquel periodo de locura libérrima azotó esos tiempos charvakanos. Mas tuvo que pasar mucho tiempo para que esta ideología decayera en su cabalidad.
En tiempos modernos, cerca de 1890, Karl Marx, un soberano socialista, economista, historiador (o historicista) y filósofo alemán adoptó esta ideología hinduista que propuso como antítesis de la existencia de lo metafísico. Con ello, antes iniciar su filosofía o “Marxismo”, puso en resalto las quimeras metafísicas que son Dios y la moral del ser, y las desmintió, diciendo que no existían y que, asimismo, la religión no es más que “el ayahuasca del pueblo”. Tras este certamen, brindó a su bebé– el marxismo no nacido, en plena formación- otras dos cualidades accesorias: La primera, la cultura es una alineación del hombre, que lo vuelve máquina. La segunda, el arte y la música son cubiertas engañosas que justifican un sistema económico (capitalismo). Pero la base, a su vez, de esta filosofía, necesitaba de más ideales para ser sustentada. Fue por ello que, según los críticos, el marxismo se sostuvo según tres bases fundamentales: A) El análisis del pasado (el materialismo histórico), que definía a toda realidad como un devenir de procesos históricos (a esta tendencia filosófica se le llama historicismo). B) La crítica del presente (el análisis del capitalismo), que señalaba al capitalismo como un modo de producción (así como antes existieron el esclavismo y el feudalismo), que formaba la jerarquía de clases sociales (burguesía y proletariado, así como existió el amo y el esclavo, el señor y el siervo, el patricio y el plebeyo). Marx afirmaba que este modo de producción no era el fin de la evolución humana, sino una etapa que se había estancado y que necesitaba destruirse cuanto antes. Por último, C) El proyecto de futuro (la sociedad comunista), que sostenía lo siguiente, la conquista de los obreros hacia los partidos políticos, por medio de una revolución, para luego, fundar un Estado socialista al servicio de ellos (Para Marx el socialismo era solo un intervalo), luego, destruir este Estado, que simboliza la autoridad de un organismo político sobre el pueblo, y eliminar todo pensamiento de propiedad privada, de escala social, para así fundar una comunidad igual y repartida equitativamente. Se prentendió crear, así, el comunismo; cuya vigencia, como sabemos, se ha perdido por una razón muy simple: ser una utopía.

(Símbolo del comunismo: Escudo de la bandera de Sendero Luminoso, Partido Comunista de Uruguay, y la desaparecida Unión Soviética)

(La caída del Muro de Berlín: simbolizó la eliminación del comunismo -y, supuestamente, también del capitalismo-)

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