Y quien mira a la acera
No encuentra sino palabras inciertas,
Y quien echa ojo a los laterales
No encuentra visiones fiables,
Y quien contempla la vastedad del cielo,
No halla sino inferioridad y miedo.
¿A dónde miramos ahora, entonces? Si no encontramos la verdad, en los puntos que la rosa náutica define, entonces solo el centro será la única entrada, y la salida augural al templo de los estratos...

No hay comentarios:
Publicar un comentario