domingo, 11 de octubre de 2009

Lluvia ácida

Gotas de perfume, nubes de color,
Lágrimas que al besar suelo se evaporan,
Pues alcohol del que sale tu olor,
Emana ese inmenso vapor de modorra.

Nubes que se disipan con el vacío,
Te pude ver con gestos equivocados,
Y la lluvia arreció el delirante desvío,
Quebrando estos ojos escandinavos.

Bienvenida la luz que traspasa las nubes,
Venida del sol, el rey bello y copioso,
Parado, te sentí penetrar mis pulmones.
Como columnas de aspecto fibroso.

Cantan cualesquiera de los tifones,
Se unieron los ojos del cielo,
Y gestan pues los bellos embriones,
Que surgieron de este destierro.



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